martes, 2 de junio de 2009

Ah, l'amour...

Me he propuesto un reto. Quiero hacer una entrada sobre el amor, que no resulte emodepresiva (en plan oh, el amor es una mierda) pero tampoco que parezca salida de una película disney... No quiero meterme con el amor, no, así que tampoco será una crítica mordaz... eso es demasiado sencillo. Así que veamos que pasa.

El amor... mi amigo Kyu suele decir que el amor es un sentimiento inútil. Bien mirado, probablemente sea cierto. Si el fin último del hombre es la felicidad, el amor es bastante inútil... ¿o no?

De todos es sabido que la función principal del amor en nuestras vidas es ocupar el 80% de nuestra capacidad cerebral, de forma que el 20% restante es destinado a que las funciones vitales no se detengan y a que sigamos sabiendo hacer las cosas básicas, como hablar y caminar. Vamos, que nos atonta. Por lo general este sentimiento no nos trae otra cosa que dolor y quebraderos de cabeza. Incluso cuando se supone que va "bien", siempre hay problemas, aunque sean del tipo "¿realmente me quiere?" o "¿de verdad estaremos juntos para siempre?". Si bien estos pensamientos no son sino una demostración de lo mucho que queremos al sujeto en cuestión, nos siguen jodiendo en abundancia.

Establecida esta premisa, pasamos a la siguiente pregunta. ¿Por qué, si el amor no nos trae más que inconvenientes, nos obstinamos en buscarlo a toda costa?

Intentemos responderla. En un principio, el hombre es un animal social. Necesita de otros individuos de su misma especie para alcanzar la felicidad. Sin embargo, estos otros individuos los podemos hallar en un círculo de amigos... ¿será por el sexo? Normalmente, el amor va acompañado del sexo (excepto en algunos casos raros). Pero el sexo no tiene por qué ir acompañado de amor... Luego podemos conseguir ambas cosas. Sexo y vida social, sin tener que recurrir al amor. Técnicamente, un hombre con amigos y sexo de vez en cuando podría ser feliz. Pero no lo es.

Vaya, parece que hemos llegado a un callejón sin salida. Busquemos otro camino. Otra de las características del hombre es que es egoísta por naturaleza. Esto va en contra de todos los principios del amor. Sin embargo, el ser humano es un ser contradictorio, puesto que también se autoestablece unos valores morales (además de los impuestos por la sociedad) que necesita cumplir para sentirse bien y ser una mejor persona. Muchas veces, esto incluye ayudar a otros seres humanos, aunque sea mínimamente. Lo que nos lleva a una nueva contradicción. Curiosamente, el ser humano necesita desprenderse de su egoísmo para satisfacer sus necesidades egoístas... Si has llegado hasta aquí, y no entiendes esto último, mejor deja de leer.

Si estás este párrafo es que o bien lo has entendido, o bien no te gusta dejar las cosas a medias, o bien simplemente quieres llevarme la contraria. Da igual. El caso es que estamos llegando ya al final y creo que tengo una conclusión.

Analicemos el amor. ¿En qué se basa? Bueno, cada pareja tiene sus más y sus menos, pero todas coinciden en dos cosas: Confianza y respeto mutuo. Esto es igual a nada de egoísmo. Lo que intentan ambos individuos en la pareja es hacerse feliz el uno al otro... Aunque a veces eso suponga renunciar a la propia felicidad. Hey, tengo otra contradicción para sumar a la colección. Si hacemos feliz al ser querido, aún a costa de nuestra propia felicidad, somos felices.

En definitiva, parece ser que el fin último del amor es, como todo lo que creamos los humanos, hacernos alcanzar la felicidad. Aunque sea de la forma más jodida... los momentos de felicidad que alcanzamos gracias al mismo son inigualables. No sólo haciendo feliz al otro, sino cuando el otro te hace feliz a tí. Porque sí, podemos hacer felices a los amigos y esto también nos alegra... pero... siempre hay una persona más especial que el resto, a la que arrancar una sonrisa significa tu felicidad.

Ahí queda eso. Felicidades por haber llegado hasta aquí ^^

0 exploradores comentan...: