domingo, 28 de septiembre de 2008

Convención de los Heridos de Amor.

CONVENCION DE LOS HERIDOS DE AMOR



Disposiciones generales:


A. Considerando que el dicho «en el amor y en la guerra todo vale» es completamente verdadero, y


B. Considerando que en lo relativo a la guerra contamos con la Convención de Ginebra, adoptada el 22 de agosto de 1864, que determina cómo debe tratarse a los heridos en el campo de batalla, mientras que hasta hoy no se ha promulgado ningún documento que regule la situación de los heridos de amor, muy superiores en número;


Se decreta que:


Artículo 1. Todos los amantes, independientemente de cuál sea su sexo, quedan advertidos de que el amor, además de ser una bendición, también es algo extremadamente peligroso, imprevisible, que puede acarrear serios daños. Por lo tanto, quien tenga la intención de amar debe ser consciente de que está exponiendo su cuerpo y su alma a heridas de muy diferentes tipos, sin poder culpar por ello a su pareja en ningún momento, puesto que ambos corren el mismo riesgo.


Artículo 2. Una vez alcanzado por una flecha del arco ciego de Cupido, debe solicitarse inmediatamente al arquero que dispare la misma flecha en la dirección opuesta, con el objeto de no sufrir la herida conocida como ‘amor no correspondido’. En el caso de que Cupido se niegue a hacerlo, la convención que en estos momentos se promulga exige del herido que, de manera inmediata, se arranque la flecha del corazón y la tire a la basura. Para llevar esto a buen puerto, debe evitar llamadas telefónicas, mensajes de correo electrónico, envíos de flores (siempre rechazadas) o cualquier otra forma de seducción, pues semejantes medios, si bien pueden dar algún resultado positivo a corto plazo, no resisten el paso del tiempo. La convención decreta, así mismo, que el herido debe buscar sin falta la compañía de otras personas, así como debe imponerse al pensamiento obsesivo que le dice: «Vale la pena luchar por esta persona».


Artículo 3. En el caso de que la herida provenga de un tercero, es decir, que el ser amado se sienta atraído por alguien que no estaba a priori en el guión, queda expresamente prohibida la venganza. En este caso, se permite el uso de lágrimas hasta que los ojos se sequen, así como algunos puñetazos en la pared o en la almohada, o reuniones con amigos donde poder insultar a gusto al antiguo(a) compañero(a), incidiendo en su perfecta falta de gusto, pero sin llegar a difamar su honra. La convención determina que también se aplique en este caso la regla del artículo 2, que mueve a buscar la compañía de otras amistades, sólo que evitando en la medida de lo posible los lugares que la otra persona frecuenta.


Artículo 4. En lesiones leves, clasificadas aquí como pequeñas traiciones, pasiones fulminantes que no duran mucho o falta de interés sexual pasajero, debe aplicarse con generosidad y rapidez el medicamento llamado ‘perdón’. Una vez aplicada tal medicina, no se debe volver atrás bajo ninguna circunstancia y el asunto debe ser definitivamente olvidado, no utilizándolo jamás como argumento en una discusión o en momento de odio.


Artículo 5. En todas las heridas definitivas, también conocidas como ‘rupturas’, el único medicamento que tiene algún efecto se llama ‘tiempo’. De nada sirve buscar consuelo en echadores de cartas (que siempre prometen el regreso del amor perdido), leer libros románticos (que siempre acaban bien), engancharse a una telenovela o cosas por el estilo. Se debe sufrir con intensidad, evitando radicalmente las drogas, los calmantes o las oraciones a los santos. En cuanto al alcohol, sólo serán permitidos dos vasos de vino al día.


Consideraciones finales:Los heridos por el amor, al contrario de los lastimados en conflictos armados, no son víctimas ni verdugos. Optaron por algo que forma parte de la vida y deben asumir, por consiguiente, la agonía y el éxtasis de su elección. Y los que jamás fueron heridos por el amor nunca podrán decir «he vivido». Porque no vivieron.

Paulo Coelho

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Sabias palabras, ¿verdad? Tomad todos consejo de ellas. Que no os detengan las heridas en el amor, cuando estén más o menos, seguid adelante, nunca tengáis miedo. Que no os avergüence demostrar que os duele, que sois humanos y como tales sufrís por amor. Que no os atemorice soñar, amar, en definitiva, vivir.


miércoles, 24 de septiembre de 2008

¡Sigue al conejo blanco!

Esto ha surgido a raíz de la clase de inglés. El profesor, un hombre demasiado feliz, nos ha puesto un fragmento de Matrix, la famosa escena en la que Morfeo abre el alijo y le ofrece dos pastillitas sospechosas a Neo.
Tras ver el video, hemos empezado a debatir sobre quién escogería la pastilla azul y quién la roja.
Por si acaso no habéis visto Matrix, o no entendéis la metáfora, lo explico:

La pastilla azul supone la tranquilidad, donde vivirás una predecible y segura vida normal, sin más preocupaciones que las mundanas, las que tiene casi todo el mundo.
La pastilla roja significa correr el riesgo, tomar el camino difícil, vivir intensamente, vivirlo todo, sin trabas. Y sí, es una vida más difícil, pero con más oportunidades, si sabes jugar tus cartas y si la suerte está de tu lado. Una vez que escoges una pastilla, ya no hay vuelta atrás.

Lo triste del asunto es que si el mundo va como va es porque las personas que tienen oportunidad de coger la pastilla roja, de abrir los ojos y tratar de cambiar el mundo, cogen la azul. No todas, por supuesto, pero la gran mayoría sí. Como dice la canción, "The Unthinking Majority". La mayoría que no piensa.

Es mucho más fácil dar la espalda al mundo, meternos en nuestro Matrix personal, vivir nuestra vida de primer mundo feliz, con algo que llevarnos a la boca todos los días y un techo bajo el que vivir, que mirarlo cara a cara y enfrentarnos a él.
Es mucho más sencillo pensar "ya lo hará alguien" que hacerlo nosotros mismos.
Es fácil, pero, ¿es lo mejor?

Yo no voy a criticar a las personas que escogen la pastilla azul. Están en su derecho, y sus razones tendrán. Pero lo que si voy a decir, es que admiro profundamente a las personas que cogieron la pastilla roja. Porque por ellos, el mundo cambia, por ellos, nosotros seguimos adelante.

Así que yo, como hizo Alicia al seguir al conejo blanco, buscaré mi propio mundo a través del espejo, mi propio País de las Maravillas. Optaré por la pastilla roja.

¿Y vosotros?

martes, 23 de septiembre de 2008

Preparados.. listos... ¡ya!

Bueno, ya estoy aquí. Después de un largo y duro proceso de adecentamiento blogil que me ha llevado muchas horas de photoshop, voy a escribir la primera entrada.
Siempre me pasa lo mismo, que cuando quiero hacer un blog me tiro siglos poniéndolo bonito, y cuando termino, no me apetece escribir, que es para lo que se supone sirve un blog. Pero en fin.

Pues como primera entrada, creo que voy a poner algo informativo: Por qué carajo existe este blog.
Veamos. Estáis leyendo las palabras de una mente enferma que rara vez tiene momentos lógicos y normales. Y esta mente enferma necesita escribir para desahogarse, ya que muchos de sus pensamientos sólo pueden ser expresados de esa forma.
El caso es que yo tenía un fotolog, pero algún desaprensivo lo cerró sin dar explicaciones, y me quedé sin lugar donde postear mis desvaríos, que seguían siendo escritos, pero repartidos entre foros y amigos dispuestos a leerlos. No es lo mismo.
Además, puestos a tener una página personal, ya que todo el mundo tiene una, y como no me da la gana de hacerme un tuenti, pues me dije, voy a hacer un blog, que queda como más intelectual.
Seamos sinceros, quedas mucho mejor diciendo "hoy he actualizado mi blog" que "hoy he subido una foto a mi tuenti". Y aparte de las apariencias, es una cruzada personal contra ese invento demoníaco-chupacerebros.

Y nada. Creo que no hay más razones... En fin. A ver cuanto duro, porque debo confesar que no es mi primer blog, aunque los anteriores intentaban ser enfocados desde una perspectiva más seria... tal vez por eso fallaron u.ú

Supongo que lo mejor será que de rienda suelta a mis pensamientos y pobre de el que los lea xD

Hale, a ser felices ^^