lunes, 8 de junio de 2009

Lonely day.

Descalzo y sucio, un niño caminaba por las calles desiertas de la que había sido su cuidad. Su mirada era un pozo vacío, su expresión una página en blanco. Lo que había ocurrido y lo que había a su alrededor, era demasiado grave para un niño de diez años. Era, sencillamente, incapaz de asumirlo.

El niño sorteó un brazo mutilado sin inmutarse, como si se tratase de una rama de un árbol. Si su mente no se hubiese bloqueado de ese modo, vería la realidad. Los muros semiderruidos, los cuerpos destrozados amontonados unos encima de otros, la sangre cubriendo las aceras. El humo aún salía de algunos edificios, restos del fuego y la metralla.

Caminaba sin pausa y en soledad. Si hubiera habido alguien para preguntarle, probablemente le hubiera contestado con voz queda y monocorde que buscaba a su mamá. Pero su mamá estaba muerta, como todos. Para bien o para mal, el pobre chiquillo era el único superviviente de un brutal ataque a su ciudad, llena de civiles a los que ni les iba ni les venía la guerra que se estaba desarrollando.

Una guerra absurda, como todas, que se podría haber evitado si se intentase hablar. En lugar de hacerlo a las malas, como siempre, que es el camino más fácil. Pero por supuesto, siempre había trasfondos, era mucho más que una guerra de culturas... Mucho más.

El niño no sabía nada de eso. ¿Cómo iba a saberlo? Lo único que recuerda ahora es cuando salió de la ciudad. La realidad le golpeó como una maza y comprendió que estaba totalmente solo. No lloró. Simplemente se hizo un ovillo en el suelo, deseando que llegase la muerte a llevarle con su pueblo.

En lugar de eso, llegó el cuerpo de paz y se lo llevó a iniciar una vida nueva, lejos de allí. Creyeron que lo olvidaría, que aquello quedaría en sus recuerdos como poco más que una pesadilla infantil.

Pero no. Lo recordó toda su vida, hasta el último detalle.

Por todas aquellas personas que han muerto por el simple hecho de estar "en medio".

1 exploradores comentan...:

Vainilla dijo...

Supongo que podría decir muchas cosas acerca de esta entrada, pero creo que ninguna expresaría mejor lo que he sentido como decir que (llámame estúpida) he llorado. Si, como lo lees. Puedo parecer una sensiblona (si, lo soy) o una estúpida (quizá también lo sea) pero no puedo estar más de acuerdo contigo... Decir que me ha encantado es decir poco. Y cuando estaba viendo el vídeo me he acordado del texto que has puesto y no he podido evitar llorar...

Porque tienes muchísima razón...

Te quiero n.n