miércoles, 20 de mayo de 2009

Reseña: En el País de las Últimas Cosas, por Paul Auster.

"Éstas son las últimas cosas -escribía ella-. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. Puedo hablarte de las que yo he visto, de las que ya no existen; pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir el ritmo".

Palabras iniciales. Palabras últimas. Con estas frases comienza la novela "El País de las Últimas Cosas", de Paul Auster, del que ya he hablado en otras entradas. Dije que cuando lo terminase haría una reseña. Ya lo he terminado, y allá va.

Todo el libro está escrito de forma epistolar por Anna Blume, una joven que ha perdido a su hermano en ese país -del que no detallan localización, ni nombre, y apenas hay una vaga descripción- y ha viajado al mismo para recuperarlo. Es difícil determinar el género de esta novela, pues pese a no representar la realidad tal y como la conocemos, tampoco es del todo ciencia ficción. Es, digamos, una magnificación catastrofista de lo que pasa hoy en día en el mundo. Es una visión de lo que pasará dentro de no mucho tiempo.

En el principio de la carta a su abandonado amante, le describe la ciudad, cómo se vive en ella y cómo se organiza. Este principio puede que resulte un poco tedioso para algunos, aunque a mí me gustó. Luego pasa a relatar su vida hasta el momento de enviar la extensa carta, y los hechos se suceden de forma vertiginosa.

Cuenta cómo en una ciudad estéril, donde los niños ya no nacen, ella consigue quedarse embarazada, por amor. Cuenta que pese a que la vida en ese lugar es insostenible, aún quedan personas con sentimientos altruistas, y se puede sentir algo más que autocompasión. Pese a ser una novela distópica, se podría decir que tiene un tinte positivo: No importa lo mal que vayan las cosas, porque siempre pueden suceder cosas buenas.

No quiero contar mucho más porque es un libro para ser leído, no para que te lo cuenten. Creo que es uno de esos libros que o amas u odias, pero en ningún caso te deja indiferente. Uno de esos libros fáciles de leer pero difíciles de entender. Así que, si tienen oportunidad, señores, léanlo.

A mí personalmente me ha encantado, y en verano me voy a dedicar a la caza de más libros de este autor, porque promete.

Hala, a ser felices n_n

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