Es difícil que alguien sin rostro pueda transmitir tanto... y sin embargo, en esta película lo hace. Y de qué manera.
Johnny cogió su fusil (Johnny got his gun)es una película estrenada en 1971 y basada en la novela homónima. Cuenta la historia de Joe Bonham, un soldado que es enviado a luchar en la Primera Guerra Mundial y ahí sufre el impacto de una bomba. Como resultado, le tienen que amputar los brazos, las piernas, y la cara. No puede ver, no puede oír, no puede hablar, y apenas se mueve. Pero sigue vivo.
En el hospital, el cirujano decide mantenerle con vida, a pesar de que cree que Joe no siente nada, ni se da cuenta de lo que pasa a su alrededor. Le mantiene vivo por mera curiosidad, como experimento. Y Joe, que no oye ni ve, no sabe lo que ocurre.
Escuchamos sus pensamientos y vemos sus recuerdos. Mediante la alternancia de blanco y negro en el hospital y el color en los flasbacks, los gritos desesperados de Joe y un guión excelente, se crea una atmósfera que llega hasta lo más hondo del espectador. Igual recurro al tópico, pero ya no se hacen películas como las de antes. He visto muy poquitas películas que me hayan emocionado de tal manera, y muchas menos que sean de estos tiempos que corren.
Hoy esta película causaría muchísima polémica por tratar con tal crudeza el tema de la eutanasia. Y seguro que no habría máscara ni nada, sino que podríamos ver claramente la mutilación de Joe, porque somos así, nos gusta el morbo. Y así, detalle por detalle, moriría un clásico.
En fin, críticas a la actualidad aparte, recomiendo a todo el mundo ver este peliculón. Porque casi (casi, reitero) se me escapa una lagrimita. Y yo nunca he llorado con una peli.
Os dejo con este temazo de Metallica, basado en la película.
Hold my breath as I wish for death... oh please, God, wake me...
domingo, 22 de noviembre de 2009
Reseña: Johnny cogió su fusil, de Dalton Trumbo.
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