Volvamos al principio. Cuando las palabras “para siempre” eran apenas una bruma que comenzaba a tomar forma. Cuando suponían una sonrisa en mi rostro. Cuando no eran como una cadena en torno a mi cuerpo que no deja de estrecharse.
Quiero volver al principio. Creía que tú me ibas a cambiar, que contigo a mi lado no necesitaría nada más. Necia de mí. A estas alturas debería saber que los humanos siempre queremos más.
Los cuentos de hadas siempre tienen un final feliz. El caballero se casa con la doncella, y ambos parecen necesitar tan sólo el amor del otro. Nunca nos contaron qué pasaba después... Nunca nos dijeron si Cenicienta eligió vivir para siempre con el príncipe. Tan guapo, tan dulce, tan perfecto.
¿Nadie se preguntó nunca si realmente quería ser princesa? Tal vez su corazón se hallaba dividido entre la jaula de oro y los campos de libertad.
Yo no quiero ser una princesa. Nunca lo fui, ni lo seré. Y aunque mi príncipe roce la perfección, no es suficiente.
Los cuentos de hadas son sólo eso... cuentos. Los humanos, en la vida real, no sabemos ser felices. Siempre anhelamos lo que no tenemos. Cuánto nos gusta soñar...
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Sin comentarios. Necesito una palabra que defina cómo me siento, pero no la encuentro en el diccionario.
Melancólica.
Confusa.
Enamorada.
Deseando libertad.
Encadenada.
Anhelante.
Jodida.
Gilipollas perdida. Sí, muy perdida.
En busca de la felicidad...
...tengo la sensación de que está delante de mis narices, pero estoy tan ciega que no la veo.
Te quiero. Pese a todas mis rayadas, te quiero.
P.D.: Lo escribí hace unos días en un momento de bajon absoluto... Pero ya estoy mejoor ^-^ Lo digo por aclarar ~ xD
sábado, 29 de noviembre de 2008
Cuentos de hadas...
Esto salió de la burbuja de Indy a las 23:15
Etiquetas: autobiografía, egocentrismo
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