martes, 25 de noviembre de 2008

¿Es posible el cambio?

Nos encontramos ante uno de los principales temas de discusión y polémica que, a parte de la política, el racismo o cualquier otro tipo de discriminación, ocupan hoy nuestro tiempo: el conflicto entre heterosexualidad y homosexualidad, el conflicto de la identidad psico-sexual.
Podría parecernos un tema, por así decirlo, “actual”, ya que ha sido en estas últimas décadas cuando los homosexuales han decidido rebelarse ante el estatus social y lo que la sociedad llama “normalidad”, abriéndose ante el mundo, pisando fuerte, diciendo: “¡Aquí estamos nosotros! ¡Y no vamos a cambiar! Si no os gusta, es lo que hay”
Esto provocó gran sorpresa y revuelo entre la sociedad. La televisión, la prensa, la radio y otros medios de comunicación se llenaron con esta nueva oleada de libertad, de “salir del armario”, como se sigue diciendo. Algunas personas se abrieron a esta forma de pensamiento, apoyando la forma de vida y las tendencias de las personas homosexuales, uniones de pareja entre mujeres y mujeres, u hombres con hombres. Otros, sin embargo, se opusieron a esta tendencia, alegando que no es algo natural, que es una orientación promovida por la lujuria, el pecado, el morbo, el placer por el placer… llegando incluso a decir que es una enfermedad, un trastorno, un error.
En consecuencia, inevitablemente hemos terminado divididos en dos bandos: los homosexuales y los que apoyan la libertad de expresión sexual, por un lado, y los heterosexuales que no aceptan el “otro tipo de uniones”.
Esta división ha degenerado con el paso del tiempo, haciendo que las distancias entre unos y otros sean cada vez más amplias. Unos dicen de los otros que son de mentes cerradas, antiprogresistas, “carcas”; otros se defienden y atacan con las mismas armas, manteniendo firme su postura de que “ellos” son unos degenerados, pecadores, inmaduros, vividores.
Todos opinamos, todos criticamos. ¿Pero quién sabe en realidad de qué está hablando, lo que está criticando o lo que está apoyando? En realidad, ni siquiera un servidor lo sabe con plena certeza ni conocimiento absoluto de causa. Sin embargo, si tengo una opinión, reflexionada a través de los años. Una opinión con la que hay gente de acuerdo y en desacuerdo, una opinión que gusta a unos y desagrada a otros. Pero esto es como todo, siempre hay alguien que no está conforme, y eso ha de respetarse, pues cada uno tiene su forma de pensar, sus ideologías y sus creencias, sean cuales sean. Pero precisamente por ello, al igual que cada uno tiene su forma de ver la vida, deberíamos respetar y aceptar la forma de vida ajena, ya que, al fin y al cabo, todos somos personas humanas, con los mismos derechos, con las mismas capacidades emocionales, con el mismo derecho a ser felices.

Mi opinión, en conclusión, es que lo mejor que podemos hacer es dejarnos de bandos y diferencias, aceptarnos los unos a los otros con nuestros respectivos pensamientos y seguir llevando una vida normal y en paz.
Claro que esto no es más que una utopía, por lo que he podido comprobar. A pesar de que las generaciones más jóvenes parecen aceptar y respetar la conducta homosexual y tratar a las personas homosexuales como iguales, sigue habiendo una gran mayoría de personas (tanto jóvenes como adultos) que se oponen a ello. La diferencia es que, ahora, estos grupos suavizan sus opiniones con palabras de aliento, ánimo y comprensión, que sinceramente, me parecen totalmente vacías de sentimiento, pero muy llenas de lejía para el cerebro.

“Es posible el cambio”. Esa es la base de su pensamiento, sobre la cual está edificada toda una metrópoli de lo que me atrevo a llamar una discriminación suavizada con florituras.
Verán, la conducta homosexual, al igual que la heterosexual, no es algo con lo que nacemos, es algo que nace de nosotros con el tiempo, caminos que se nos presentan en un determinado momento. Y tarde o temprano, elegiremos uno. Puede ser el primero, puede ser el segundo, eso es lo de menos.
El proceso de elección ha de tomarse con calma, ya que es un camino muy largo, y la decisión que tomemos tal vez nos acompañe el resto de nuestra vida. Por ello, la elección se medita mucho, y ello conlleva a la aparición de dudas, incluso de temores, tanto a factores internos (emociones) como externos (también conocido como “el qué dirán”, algo que, dicho sea de paso, debe importarnos un pimiento morrón). Tras estas reflexiones, hay gente que decide que no quiere ser homosexual, aunque sienta cierta atracción hacia su mismo sexo. Esto es algo que le puede pasar a cualquiera, simplemente por abrirse a nuevas experiencias.
Como ya he dicho, cada uno tiene derecho a elegir su propio camino, y si alguien decide que no quiere ser homosexual, bien por él, ya que ésa es su decisión, su camino a la felicidad.
En estos casos, si uno no sabe qué hacer, lo normal es que busque ayuda externa, tanto de profesionales como de familiares, amigos y demás seres cercanos, cosa que está muy bien.

Lo que no está nada bien, desde luego, es la forma de pensamiento que tienen ciertas personas hacia el grupo homosexual. O mejor dicho, la manera que tienen de decirlo.
Mi pregunta es la siguiente: ¿Por qué creen que una persona no puede amar a otra del mismo sexo? ¿Es que acaso es un sentimiento exclusivo únicamente para heterosexuales?
Pues les diré una cosa: el ser humano es un ser complejísimo. Un ser capaz de sentir emociones, que van desde el más insano odio hasta el más sincero amor. Y si somos capaces de sentir eso, no veo por qué no vamos a poder sentir algo tan hermoso hacia otra persona por el hecho de que es otro chico u otra chica.
No pretendo contradecirme, todos somos libres de pensar de una manera u otra. Pero ante todo, debemos respetar al prójimo, así como su manera de pensar y actuar. Y no todo el mundo lo está haciendo:
www.esposibleelcambio.org

Éste es el nombre de una página web que me enseñaron hace unos días. En ella, podrán ustedes encontrar esa ayuda y apoyo de la que antes hablé, aquella que necesitaban las personas que optan (en todo su derecho) a reprimir sus instintos homosexuales.
Y verán, en un principio no pensé en leerla, pero me entró la curiosidad y estuve investigando.
Tras haberla leído concienzudamente y de cabo a rabo, varias veces, por cierto, he llegado a la conclusión de que las ideas que se expresan en esta página son un insulto a nuestros semejantes, personas iguales a nosotros, con sentimientos, y que tienen el mismo derecho a ser felices; me parece una manipulación y filtración de la información, ya que, si bien es cierto que la homosexualidad no es algo con lo que se nace, tampoco lo es la heterosexualidad, simplemente ésta última es más frecuente, por supuesto; y por último, me parece una imposición de ideales suavizados con palabras de ánimo y aliento vacías de sentimiento y cargadas de una falsa potestad.
Hablan de la homosexualidad diciendo (y cito textualmente) que “no es una identidad sexual más, sino el fruto de heridas o vacíos emocionales, e incluso traumas o problemas sin resolver”

Sinceramente, cuando empecé a leer cosas como ésta, sentí cómo la indignación, y posteriormente la ira, recorrían mi cuerpo como el veneno de una serpiente expandiéndose por mi cuerpo, manipulándolo, dominándolo. Después, tras un largo tiempo leyendo, releyendo y reflexionando, llegué incluso a reírme con el más marcado sarcasmo que me fue posible, no sin admitir que ciertas cosas que allí se citaban, me provocaron una risa sincera y tronchante, ya que pude encontrar más de una estupidez que me diese motivo más que suficiente para hacerlo.

La página en cuestión trata sobre cómo hallar y sanar las “causas” que “provocan” la atracción hacia personas del mismo sexo.
Tras una breve bienvenida de palabras cálidas y dulces, los autores de esta página tratan de convencernos por todos los medios posibles de que la homosexualidad es un camino lleno de sufrimiento, mentiras, dolor, promiscuidad e infelicidad, para concluir alegando que aún “existe esperanza” para sanar la homosexualidad.

Lo que me hace gracia de todo el asunto es que afirman que, vuelvo a citar, “la homosexualidad no es una enfermedad como tal”. Sin embargo, no paran de utilizar palabras como “síntomas”, “sanar”, “curar”…
Y otra cosa, que no me hace ni pizca de gracia, por más que me esfuerce, es eso de “es posible madurar a una heterosexualidad con capacidad de amor verdadero”. Vuelvo a repetir una de las premisas que constituye uno de los pilares de mi pensamiento: podemos amar a alguien aunque esa persona sea de nuestro mismo sexo. Nada nos impide a ello.
Dicho esto, paso a citar algunas de las frases que me han parecido, o bien las más graciosas (desde el punto de vista irónico y sarcástico, claro está) o las que más me han enojado:

“La homosexualidad no es una identidad sexual más”
Al parecer, según ellos solo existe una identidad sexual verdadera, la heterosexualidad. Que me llamen lo que quieran, pero esa me parece una opinión de lo más cerrada y antiprogresista.

“Ofrecemos materiales de formación, orientación, prevención…”
Me parece muy bien eso de la formación y la orientación, pero ¿qué es eso de la prevención? Luego dirán que no, no están hablando de ello como una enfermedad…

“Nadie nace con una identidad homosexual”
Correcto. Así mismo, nadie nace con una identidad heterosexual, es solo que, al ver que es lo normal en las personas que nos rodea, tendemos a hacer lo mismo. No digo que esté mal, pero ¿qué niño o niña se preocupa en pensar que de verdad es heterosexual, si ni siquiera conoce el significado de la palabra? Y si lo supiera y se lo preguntaran, seguramente dirían: “como papá y mamá”

“Es posible madurar una heterosexualidad con capacidad de amor verdadero”
Ya he hablado suficiente de esta frase, pero sin duda es la que más daño me ha hecho, y la que más odio… o quizás asco, me ha producido.

(Nota: éstas son unas frases que vienen ya entre comillas en la página web, simbolizando que son los pensamientos que tiene una persona con tendencias homosexuales)

[“No se puede cambiar”]: Por supuesto que se puede, si se quiere, eso todo el mundo lo sabe.
[“Eres así y has de aceptarte”]: Has de aceptarte siempre, nunca te debes avergonzar de lo que sientes. Si quieres cambiarlo porque así no te sientes feliz, adelante.
[“El mundo de la homosexualidad es una verdadera maravilla, lleno de alegría y disfrute”]: No es el mundo de la homosexualidad la maravilla, lo que es maravilloso es poder amar a alguien sinceramente, y lo que es más aún, que ese sentimiento sea correspondido.

“No puede ser normal algo que produce tanto sufrimiento”.
En esta frase me gustaría hacer un especial inciso. Una de las características que, al parecer, acompaña a la homosexualidad, es la promiscuidad. Según tengo entendido, se han realizado estudios estadísticos e investigaciones, en las cuales se afirma que una persona que se siente atraída hacia los de su mismo sexo tiene un mayor número de parejas a lo largo de su vida que una heterosexual. A esto yo respondo con lo que veo a diario con mis propios ojos, sin necesidad de ningún estudio: en las generaciones de ahora, apenas hay adolescentes de entre 14-17 años que no hayan tenido, por lo menos, tres parejas en un año (como mínimo). Éstas, por supuesto, no son parejas serias, sino ligues y líos de una noche que se consiguen tras unas cuantas copas (o sin ellas), un par de bailes, unos falsos piropos y un rincón oscuro donde poder dejar pasear libremente las manos por el cuerpo del otro, sin ningún tipo de vergüenza o remordimiento.
Hablarán de promiscuidad, pero yo les digo que los heterosexuales de hoy en día, los que dentro de unos años llevarán el futuro de ustedes, van por la misma espiral de degeneración y pecado, abandonándose al placer y la inconsciencia de sus actos.

“Tú no eres homosexual, ya que la homosexualidad no es una identidad sexual más. Tú eres un heterosexual con heridas, vacíos y quizás incluso traumas escondidos en tu corazón [...] pueden desaparecer si haces un proceso de sanación y maduración desde la terapia reparativa”.
Ahora parece que, sin conocerle de nada ni haber tratado con usted siquiera, pueden afirmar que saben qué es y qué no es usted. ¡Cómo avanza la humanidad! ¡Da gusto!

“Desgraciadamente, es muy difícil encontrar un buen psicólogo que conozca y trabaje la terapia reparativa. Muchos de ellos han caído en la trampa y mentira del Lobby Gay y no saben más que proponer y trabajar la terapia de aceptación: “acéptate tal y como eres, pues la homosexualidad es una identidad sexual más”. Esta terapia está llevando a un callejón sin salida de amargura, contradicción, degradación, esclavitud y mentira a multitud de personas, especialmente niños, adolescentes y jóvenes”.
¡Vergüenza debería darnos! Aceptar a las personas y darles una oportunidad en la sociedad… ¡Habrase visto!
Ahora en serio, ¿ve usted en esto algo de normal? ¿Tan sumamente malo es el hecho de que una persona no sea heterosexual?
Por más vueltas que le doy, no le encuentro sentido. Lo que sí encuentro es una clara discriminación hacia los homosexuales, así como una injusta acusación al grupo de los mismos al hablar de las “mentiras y manipulaciones” del Lobby Gay. Miren, yo no sé si el Lobby Gay manipulará o no, pero lo que estoy viendo es que estas personas sí están manipulando, ya que se puede ver claramente que están imponiendo sus ideales cuando debería haber un equilibrio pacífico. Están haciendo acusaciones, filtrando informaciones, hablando solo de lo que conviene hablar…
Según ellos, es imposible que exista una pareja feliz de homosexuales.
No me lo creo.
Y creo que ustedes tampoco deberían creer todo lo que se les dice sin más, sino salir a fuera y ver qué está pasando de verdad, y si lo que ellos les cuentan (y lo que un servidor les cuenta) es cierto o alguno de nosotros miente.

Concluyo con mi más sincera opinión de que está muy bien que halla personas que presten su ayuda y su apoyo a aquéllas que quieran reprimir su homosexualidad. Pero me parece fatal que tengan esa opinión sobre los homosexuales, y más aún que la vayan divulgando como si nada, sin ningún tipo de respeto, por muchas florituras y palabras de adorno que le pongan.
Todos tenemos derecho a ser felices y a elegir nuestro camino. Y, de la misma manera, se deben aceptar y respetar los caminos ajenos.
La homosexualidad no es nada perjudicial, y hablan de ello como si hablasen de drogas, algo nocivo, insano, que solo provoca dolor…
Y créanme, eso no es cierto.

Por Gael (Álvaro).

4 exploradores comentan...:

Alrik dijo...

me lo leere con calma...no tendras un resumen verdad? xD

Isiriel dijo...

No puedo creer lo que estoy viendo, esa web está imponiendo formas de pensamientos que es todo lo contrario a lo que en un principio se supone que quieren promover, ¿igualdad, tolerancia? Una mierda!! que es eso de tratar a la homosexualidad como una enfermedad degenerativa provocada por traumas o inmadurez? Dios, realmenre no se como retener esta ira. La homosexualidad, para aquellos que crean que es una especie de degeneración psicológica, también se da en animales. Muchos monos por ejemplo, tiene parejas homosexuales, me vas a decir que eso es "anti-natural"? Ja! no me hagas reir, si eso es la naturaleza en estado puro. Esto es clara discriminación hacia los homosexuales encubierta con una tapadera de falsa solidaridad e hipocresía. Se puede saber qué coño es eso de curar la homosexualidad? Lo que vamos a tener que hacer es encontrar un remedio para curar su gilipollez. Lo que más me duele es comprobar una y otra vez que la gente no es capaz de aceptar a la gente diferente, no es capaz de abrirse a las demás personas de manera tolerante, ¿qué tiene de malo querer a la persona del mismo sexo? Qué pasa, que tener un novio homosexual es inmoral y acostarte con un tío al que has conocido entre alcohol, discotecas y tabaco no?
Para que luego me pregunten que por qué odio a los humanos...

Caronte dijo...

EE.UU. manda. Desde allí empieza a llegar la cada vez más extendida idea de la "Reeducación sexual". Miles de jóvenes obligados por sus padres a asistir a campamentos donde, prácticamente, se les lava el cerebro para que se conviertan en algo que no son sólo para que la familia no tenga que avergonzarse de tener un hijo maricón o una hija bollera.
Al tiempo, esos campamentos llegarán a España, amparados por todos sabemos qué parte de la sociedad.

Si la naturaleza nos ha dado un cuerpo para disfrutar... ¿Quién es su Dios para negármelo?

Alrik dijo...

Dios que no vengan a españa! que se queden ahi, en ese pais al cual las peliculas siempre van los marcianos en busca de "gente inteligente".

La verdad, da pena lo cerrada que tiene la mente toda esa gente. Enfermedad? ya, claro.¡Nueva vacuna para los 3 años para prevenir la homosexualidad!... Hay veces que es dificil creer lo que sucede.

Por eso no me gusta ver la noticias, nada mas que desgracias que te amargan el dia...