Quiero mis ideas de vuelta, gracias.

Andaba yo pensando que hace siglos que no cuelgo una buena reflexión. He estado tan enmimismada y sumergida en mis problemas adolescentes que no he dedicado tiempo a pensar. ¿Se me estará olvidando cómo hacerlo? Antes se me ocurrían cosas sobre las que divagar cada día. Y sin embargo ahora cada vez mis actualizaciones son más anodinas, faltas de sentido.

Voy a intentar obligar a mi cerebro a pensar. ¿Pensar en qué? En pensar. Cuanto más lo pienso, más me doy cuenta. Muy poca gente dedica el tiempo necesario a pensar, y así nos va. La televisión, el periódico, internet, todos los medios de comunicación no son sino excusas para no pensar. Nos lo dan todo tan mascado y bien hecho que podemos preocuparnos de nuestros problemillas diarios sin tener que dedicar tiempo a formar nuestras propias ideas. Y eso, señores, es un auténtico problema.

Pero eso no es lo peor de todo. Lo peor de todo es que somos controlados como marionetas por personas que sí piensan, porque a ellos les está permitido. No sólo les está permitido, sino que es su obligación. Prácticamente piensan por nosotros. Siempre hay algún espíritu rebelde que se atreve a reflexionar por su cuenta y a sacar nuevas ideas. ¿Y sabéis lo que ocurre entonces? Que los cerebros pensantes y ocultos de nuestra sociedad cogen la idea, la modelan hasta que les gusta, y las meten en su complicada telaraña de control mental.

Pensadlo, si todavía os acordáis de como se hace. ¿Cuándo fue la última vez que oisteis algo realmente innovador, que rompiese todos los esquemas? ¿No os da la sensación de que pienses lo que pienses, siempre hay algo que te influencia? Igual soy una paranóica, pero empiezo a pensar que nada de lo que pensamos es realmente nuestro.

Oh, acabo de recordar por qué estaba dejando de pensar. Es más sencillo, aunque no sea lo mejor. Pero mejor pienso, que por algo existo.

Bye bye, Hachiko.

Aviso: Entrada escrita en un ligero estado de embriaguez sumada a un cabreo profundo.

Dicho esto, procedo a despotricar.

Ya no sé que creer. Por el oído izquierdo me susurran una cosa, mientras por el derecho otra. Y mis ojos me han advertido de algo que necesitaba ver, por muy doloroso que fuera. No tengo ni idea de qué es mentira o qué es verdad, y tampoco me importa a estas alturas del cuento. Sólo tengo clara una cosa: Llegó el momento de alzar el vuelo.

No sé si será cosa del momento o ya es definitivo (espero que sea definitivo) pero ahora mismo no siento dolor. Simplemente ganas de liberarme. El amor es una diosa ramera que juega con los corazones de las personas, cambiándolas por completo. Y en mi caso me ha puesto orejitas y una cadena. Pero ahora que he abierto los ojos, tengo fuerzas para romperla.

En fin. Ya veremos lo que ocurre :)

¡Sigo viva!

Bueeno. No actualizo desde tiempos inmemoriales, pero tengo motivo, no por pura vaguería.

Estuve en San Fermines la noche del 6 y del 7, y la del 8 no porque a mi aita no se le puso en las narices. Y como comprenderéis, cuando una está de fiesta no actualiza.
Luego me fui a Mallorca (Guiriland para los amigos) donde no tenía internet, y de la que volví ayer de madrugada. Actualmente duermo en una casa en mitad del monte (literalmente, el pueblo más cercano está a un kilómetro) y ¿adivinad qué? no tiene internet. Y estoy actualizando desde casa de mi tía, a la que gorroneo vilmente el internet.

Y bueno, pasemos a hablar de lo que voy viviendo. ¿Alguna vez habéis estado en San Fermines? De el 6 al 13 de Julio, Pamplona pasa a ser San Fermin City, ciudad sin ley.
Empecemos desde el principio. El seis de julio a las 9:30 me encontraba frente a la casa de un amigo, con él y unos cuantos más desayunando para prepararnos para lo que nos esperaba. A las 11:45 estábamos en la plaza del ayuntamiento, rodeados de gente, esperando al Txupinazo, que sucedería quince minutos después. Un consejo, os lo digo por vuestro bien: Si apreciais vuestras vidas (y especialmente vuestros pies) no vayáis a la plaza del ayuntamiento en el Txupinazo. Yo sobreviví y no sé cómo. Eso sí, salí con unas cuantas heridas de guerra en las piernas. Lo bueno es que sobraba el alcohol para limpiarlas, je, je. Después de aquello mi camiseta blanca acabó rosa de vino.
Luego a la noche empezó la fiesta, y fue cuando me convertí en corruptora de menores y no penséis mal. Resulta que, con ayuda de mi amigo Botijo (que era un botijo lleno de kalimotxo) convertí a una dulce princesita en la Reina de las Putas. Oops. No era mi intención, lo juro xD La verdad es que me siento muy culpable. Mirándolo por el lado positivo, el ver los estragos del alcohol me hizo abandonar a Botijo a su suerte, sin ganas de probar una gota más. Vamos, que no me emborraché. No mucho, al menos.
Y bueno, poco más. Mis primos me abandonaron, bastante ocupados cada uno en sus cosas, así que me desenvolví bastante bien solita. Y ahora toca el momento sentimentaloide: Me faltaba mi gente de Villalba T_T Hubiera sido infinitas veces mejor con vosotros.

En Mallorca no hay mucho reseñable que contar. Como en San Fermines perdí el móvil, y no había internet, he estado totalmente desconectada del mundo. Y qué gustazo, oye. Me he aburrido bastante, vale, pero me ha venido genial... diez días para reflexionar, con la playa a tiro de piedra, no han estado mal. Aunque estuviese rodeada de los hijos de la Pérfida Albión.

Si todo va bien, volveré al hogar dulce hogar el 24. Si no, el 27 o el 28, como ya dije en el chat. Os echo de menos a todos TT_TT Seguiré informando.

De viaje.

Me voy un mesecito. Intentaré actualizar, pero no prometo nada...

Las cosas avanzan... ¿bien? Supongo. La gente me dice que no piense en ello. Como si fuera tan fácil :)
Decía John Lennon que "la vida es eso que te ocurre mientras tu te empeñas en hacer planes", y tiene toda la razón del mundo. Por ello, he decidido dejar de hacer planes, y que sea lo que tenga que ser. No pierdo la esperanza, por supuesto que no. Y el cómo se están desarrollando las cosas tampoco indica que todo esté perdido.

Como consejo y para poner algo sustancial en un blog, diré que es buena idea eso de asumir las cosas según vengan. La gente se traza un camino en la vida e intenta seguirlo, pero al final siempre hay una piedra gigante o un tronco caído (por no hablar de los conductores imprudentes y de las obras) que nos obligan a cambiar el rumbo. Por tanto, lo mejor es coger lo que nos da la vida y moldearlo para que nos siente bien. Es otro de los secretos de la felicidad.

Ah, por cierto, feliz San Fermin a todos por adelantado... ¡Y a ser felices, que la vida son tres días y uno nos lo pasamos durmiendo! ^^