Uno de los libros que me estoy leyendo ahora (sí, soy de esas lectoras empedernidas que insisten en leer varios libros a la vez)se llama "In The Country of Last Things", y su autor es Paul Auster. Supongo que la traducción al español será "En el País de las Últimas Cosas", aunque vete tú a saber. Como dice el dicho italiano, tradutore, traditore.
Habla de un lugar distópico, esto es, lo contrario de utópico. Anna Blume, la protagonista, escribe una carta a su amante explicándole como son las cosas allí, lo que hace, lo que le ocurre, por qué está allí. Cuenta que en esta ciudad nada va bien, y que en ella todo lo que desaparece nunca jamás vuelve a aparecer.
Pero bueno, esta entrada no iba para hablar de la novela, de la cual hablaré más extensamente cuando la termine, sino de un aspecto en concreto de ella.
Anna nos cuenta que el clima en esa ciudad es totalmente impredecible. Da igual los cálculos que hagas, todo lo que estudies, que en el momento en el que estés convencido de que va a llover, hará sol. Explica que hay un grupo de personas que están completamente convencidas de que el clima está controlado por los pensamientos y sentimientos que tiene la gente. Creen que cuando alguien tiene un pensamiento negativo, una nube aparece, luego llueve cuando una cantidad considerable de personas tienen pensamientos tristes. A ellos les llaman los "Smilers". Sonreidores, supongo. Dice que son como una brisa fresca en todo el desasosiego que produce la ciudad, ya que se esfuerzan en estar siempre alegres para que no haga mal tiempo.
Aplicando esto a un contexto más personal, he llegado a la conclusión de que todos deberíamos ser Smilers. No que intentemos controlar el clima con nuestros pensamientos, no me seais literales. Quiero decir, que las nubes aparecerán en nuestro fuero interno en la medida en que tengamos pensamientos negativos. Pero si nos esforzamos en sonreir, en pensar que todo irá bien, el sol nunca dejará de brillar.
No estoy diciendo que siempre tengamos que ser felices a la fuerza... pero que no nos rindamos jamás. Claro que podemos, y debemos llorar. Pero a reir luego.
Yo he decidido que voy a ser una Smiler... ¿y vosotros?
Terminaré dejando por aquí mi canción positivista del día, y va por todas esas personas que me ayudan a ser una Smiler...
viernes, 24 de abril de 2009
I'd be a Smiler.
Esto salió de la burbuja de Indy a las 16:30
Etiquetas: felicidad, pensamiento
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