Como decía la señorita Isiriel ayer en un comentario, tener claro en qué ambiente nos movemos es importantísimo. Volviendo a lo que dije a ayer, tenemos que tener muy presente el tema que hemos escogido para saber qué nos urge decidir sobre nuestro escenario. Voy a poner tres casos: El relato histórico, el relato de ciencia ficción y el relato fantástico.
Para crear un escenario histórico tenemos que investigar, investigar e investigar. Una vez hayamos escogido fecha y lugar(es), toca meter las narices hasta el fondo en todos los libros que encontremos. Si no acabaremos con anacronismos que resultarán desagradables al lector y harán de nuestra historia un fracaso.
Economía del momento, situación política, número de avances tecnológicos... Aunque no sea relevante en nuestra historia, tenemos que saberlo. Puede que a nuestros personajes les importe un comino que los alemanes hayan invadido Polonia porque están demasiado ocupados sufriendo las consecuencias de la Guerra Civil, pero seguramente oigan algo al respecto y quizá incluso lo comenten. Seguramente en la radio se mencione lo del pacto de Hendaya, e incluirlo en nuestro relato ayuda a meter al lector en contexto.
La forma de hablar también es importante (recordemos los "voto a tal" del Capitán Alatriste), las vestiduras, la comida, las tradiciones... Ejemplo facilito: En una historia del tipo medieval las mujeres serán más bien sumisas y no demasiado letradas. En el caso de los campesinos, tanto hombres como mujeres eran analfabetos, y en el caso de los nobles, no se crearon escuelas mixtas hasta el siglo XIII. No se les tratará muy bien (hubo una época en la que se discutía si tenían alma o no), más bien como objetos, y rara vez serán las mujeres rebeldes que nos gustaría que fueran. Cosas, por ejemplo, como que el matrimonio no se consideró sacramento hasta el siglo XII son interesantes, ya que antes se permitía repudiar a la mujer y algo similar al divorcio, mientras que después de eso no.
Recomiendo a Reverte en cuanto a inspiración para crear escenarios históricos, lo que me recuerda un último consejo: Igual que en sus libros aparecen Quevedo y el Conde Duque de Olivares, está bien meter un personaje que realmente existió para dar veracidad a la novela. Con cuidado, claro está.
Ahora vamos con lo duro. Con "relato fantástico" me refiero a los que incluyen cosas como magia y seres sobrenaturales. Los escenarios de este tipo de relatos dejan casi todo a la imaginación, lo que no quiere decir que la investigación sea prescindible, que no lo es. Podemos empaparnos de la mitología ya existente y escribir algo acorde con ella o crear nuestras propias razas y criaturas fantásticas; pero haciendo esto último también tendremos que recurrir a la biblioteca más de una vez.
Para empezar, debemos decidir si lo vamos a ambientar en nuestro mundo o vamos a crear un lugar completamente nuevo.
Si lo ambientamos en nuestro mundo, habrá que escoger una época y uno o varios emplazamientos. Aunque el número de datos que recopilemos depende de lo minuciosos que queramos ser con las descripciones del escenario, es obligatorio tener una base para evitar incoherencias. Cosas como la situación política de un lugar en una determinada fecha, el clima de ese lugar, los inventos existentes y no existentes del momento... son fundamentales. Incluso si queremos que se desarrolle en la actualidad, hay que indagar un poco.
Si nos inventamos otro lugar, hay que precisar absolutamente todo. Los relatos creíbles se basan en su nivel de detalle. No basta sólo con decidir si estamos en un país costero o montañoso, o si son hayas o chopos lo que crece en sus bosques. Inventar un mundo de cero es una tarea ardua, hace falta tener no sólo enormes cantidades de imaginación sino también ganas de trabajar duro.
Aunque suene absurdo, la realidad es nuestra mejor aliada a la hora de escribir ficción. Pongamos que estamos creando un país,y queremos establecer un sistema político en el mismo. Como nuestro país es completamente alternativo, no vamos a instaurar un sistema que haya existido en la realidad. No obstante, la mayoría de nosotros no tenemos demasiada idea sobre el funcionamiento de los mecanismos políticos o legales, por lo que aunque no vayamos a copiar la idea de monarquía, sí que estará bien saber cosas sobre la misma y sobre otros sistemas, para crear algo congruente.
Este es un ejemplo muy extremo porque normalmente apenas se dan datos del sistema político, pero espero que la esencia del mensaje se haya entendido.
Tendremos que establecer la arquitectura del lugar, el carácter de sus gentes, la flora y la fauna alrededor, sus relaciones con pueblos o países lindantes, su política, leyes y economía... todo aquello que se nos ocurra que podríamos necesitar en cualquier momento habrá de ser apuntado. Probablemente al final no usemos todo, pero en este caso, más vale que sobre siempre.
Otra cosa elemental en el relato fantástico es decidir el papel de la magia, tanto en mundos inventados como en nuestro mundo. ¿Está reservada a unos pocos o cualquiera tiene el potencial para manejarla? ¿Supone algún sacrificio importante emplearla? ¿Hay algo parecido a un gremio de magos, o los magos son seres solitarios que aprenden a manejar sus poderes por su cuenta? En caso de que el escenario sea imaginado, ¿está bien vista la magia o debe ocultarse?
Y por supuesto, lo mismo ocurre con las criaturas y razas fantásticas. Además de elegir cuáles van a existir y cuáles no, tendremos que decidir su papel. En nuestra España actual, a lo mejor existen los elfos tolkenianos y no se ocultan, sencillamente se operan las orejas. O quizá nos encontremos en la misteriosa tierra de Litanaih, donde las hadas son repudiadas y asesinadas si son vistas.
También es bueno decidir una Historia (y lo pongo con mayúsculas porque me refiero a unos hechos relevantes ocurridos a lo largo del tiempo) tanto en mundo real como en mundo inventado. Sí, sí, en mundo real también. ¿O no tenían Harry Potter y compañía una asignatura llamada Historia de la Magia? Pues a eso me refiero.
Temas como religiones, mitologías y demás son divertidas de pensar, así como los idiomas, aunque no imprescindibles. Eso sí, yo por lo menos pienso que un personaje que diga "por el amor de Rivyr" (o cualquier deidad que os inventéis) gana mucho con respecto a uno que diga "por el amor de Dios".
Si queréis algún autor en quien basaros en cuanto a escenarios fantásticos, la respuesta es evidente: Tolkien. No tengo que explicar por qué, ¿verdad?
3. El relato de ciencia ficción.
El proceso de creación del escenario de ciencia ficción se sitúa a medio camino entre la investigación y la imaginación. Si bien nos tendremos que inventar los robots, naves espaciales, extraterrestres, armas o lo que sea que queramos añadir a nuestra historia, no podemos crearlo de cero. El buen relato de ciencia ficción resulta sacrificado porque hay que saber mucho para concebir algo verosímil.
Lo cierto es que si lo pensamos, el proceso de construcción de escenarios de la ciencia ficción es muy similar al del relato fantástico, pero con una salvedad muy notoria: En lugar de "magia" tenemos "ciencia avanzada". Sin embargo, con los dos puedes inventarte casi cualquier cosa. Por este motivo, gran parte de lo que he dicho en el apartado anterior es aplicable a este.
Sin embargo, en un buen relato de ciencia ficción necesitas cierta coherencia. De ahí la investigación de la que hablaba antes. Puedes inventar la máquina más rara del mundo, pero tarde o temprano tendrás que explicar cómo es posible su existencia. Al fin y al cabo, estamos hablando de ciencia. El lector tiene que poder creerse lo que le estás diciendo, tienes que convencerle de que eso va a existir algún día.
Otra de las diferencias es la cantidad de rareza que puede haber en fantasía y en ciencia ficción. Mientras que en la fantasía llega un punto en el que el lector, por algún motivo, repudia a los seres que son demasiado extraños, en la ciencia ficción no es así. Si nos fijamos, la grandísima mayoría de razas fantásticas (no digo todas pero ahora no me viene ninguna a la cabeza que se escape de la norma) tienen rasgos humanoides. Por otro lado, una criatura extraterrestre puede tener veintiocho patas, un ojo delante y otro detrás, escamas y plumas que a todo el mundo le parecerá bien. Y es que seamos sinceros: La idea de que en un planeta completamente distinto al nuestro haya surgido una raza idéntica a nosotros es ridícula.
En general, la ciencia ficción permite al escritor alejarse más de la norma, pero requiere un arduo trabajo investigando. La fantasía teóricamente debería permitirnos la misma libertad, pero la cruda realidad no es así. Así, los libros del primer género que triunfan son los que se salen de la norma, mientras que la fantasía normalmente sigue un patrón similar.
Desde aquí yo os animo a que rompáis ese patrón, que abandonéis los elfos de ojos azules y cabello rubio e innovéis todo lo que podáis.
Pero en fin, volvamos a los escenarios. Como antes, toca decidir si queremos un universo alternativo o el nuestro, con todas las consecuencias ya descritas. Asimismo, hay que elegir si queremos una historia futurista o actual. Ver hasta qué punto ha avanzado la ciencia, y qué papel tiene en la vida de las personas.
Para este tipo de relatos, Michael Crichton como increíble aspiradora de datos y Asimov como maestro de la ciencia ficción.
Y bueno, después de todo el día intentando redactar esto, lo dejo ya. Ni lo reviso, que estoy cansadísima. Siento que haya sido un tochopost (ahora entiendo por qué se escriben libros enteros sobre cómo escribir) y espero que os sea útil.
¡Canción! Vamos a ponernos de blues.
EDIT: Se me olvidó ponerlo anoche. Este post ha sido escrito con la ayuda del señor trasgo, a.k.a. Rekhar, que aportó sus vastos conocimientos en materia de ciencia ficción.